En España existen muchas recetas que van de la mano de las festividades más importantes del país. Cuando pensamos en la Semana Santa, muchos platos nos vienen a la mente, pero si hablamos de una comida dulce, las torrijas con vino son las grandes protagonistas. Acompáñanos a conocer la historia de este dulce tan popular y el paso a paso de su elaboración para que puedas prepararlo en casa.
[pswp_products ids=»1876,2015,2000″]Torrijas al vino, una receta milenaria
Las torrijas de vino son un postre presente en las mesas de España y Europa desde los tiempos del Imperio Romano. En el siglo I d.C está registrada una receta dulce similar, escrita por el gastrónomo Marcus Gavius Apicius. Esta puede ser la base del plato actual, pero es en el siglo XV cuando se empieza a difundir una preparación bastante parecida a la que conocemos hoy en día.
Si bien este plato acumula siglos de historia, no nació como una receta para la Semana Santa. Originariamente, se preparaba como una comida energética, que se ofrecía a las mujeres que acababan de dar a luz para ayudar a la convalecencia tras el parto. La realidad es que no está claro en qué momento en la historia pasó a ser una comida típica de la cuaresma. Se cree que, al ser una preparación calórica, servía para saciar la abstinencia de otros alimentos que no se suelen consumir durante esa época del año.
En definitiva, las torrijas de vino son un plato sencillo, pensado para tiempos difíciles, donde el deseo de comer algo dulce pudiera ser resuelto con un poco de pan duro, vino y miel. Con los años fueron apareciendo distintas versiones. Algunas personas prefieren cambiar el vino por leche, añadir un poco más de canela o alguna que otra fruta. Si bien todas son opciones deliciosas, en esta ocasión vamos a apostar por la preparación tradicional, que tiene como protagonistas al vino blanco semidulce (aunque también puedes utilizar vino tinto), la canela en rama, la piel de naranja y, por supuesto, la miel.
¿Cómo preparar unas torrijas de vino?
Vamos a ver cómo preparar paso a paso unas torrijas al vino, como las que hacían nuestras abuelas.
Ingredientes
- 1 barra de pan (preferiblemente del día anterior)
- ½ litro de agua
- 1 y ½ litro de vino blanco semidulce
- 150 g de azúcar
- La piel de una naranja
- 2 huevos
- 1 litro de aceite de oliva
- 8 ramas de canela
- ½ taza de miel
Elaboración paso a paso
Preparamos la base
Lo primero que vamos a hacer es la base de cocción de nuestras torrijas. En una cazuela calentamos el vino blanco semidulce junto con el agua, 5 ramas de canela y la piel de naranja. Una vez que la mezcla empiece a hervir, bajamos el fuego al mínimo y la dejamos durante 5 minutos. De esta manera conseguimos que el alcohol del vino se evapore y la canela junto con la naranja vaya liberando su aroma y sabor.
Vamos a por el almíbar
En otra cazuela preparamos nuestro almíbar siguiendo prácticamente el mismo procedimiento anterior. Combinamos ½ litro de vino, 3 ramas de canela y la miel, calentamos hasta que hierva y luego mantenemos a fuego lento unos 5 minutos.
Cortamos el pan
Rescata esa barra de pan que te haya sobrado del día anterior y córtala. El grosor de cada rodaja puede ser al gusto, aunque recomendamos dejar piezas no muy finas.
Bañemos las rodajas
Una vez que nuestra mezcla base está a temperatura ambiente, sumergimos las rodajas de pan en ella. Hay que asegurarse de que queden bien cubiertas para que puedan absorber todo el sabor. Después las colocamos en otro plato para que elimine el exceso de líquido.
Pasamos por huevo y a freír
En un bol batimos los dos huevos y en una sartén calentamos el aceite de oliva, junto con una rama de canela y ralladura de piel de naranja. Una vez que el aceite está bien caliente, sumergimos las rodajas de pan en el huevo y pasamos a freírlas. Debemos sellar las piezas de pan durante un minuto por cada lado. Cuando ya están fritas, las reservamos en otro plato con papel absorbente.
A la fuente que viene el almíbar
Cuando ya hemos pasado por la sartén todas las torrijas, las colocamos en una fuente donde las cubriremos con el almíbar que hemos preparado al inicio del paso a paso. De aquí en adelante solo nos queda llevarlas a la mesa y disfrutar.
El maridaje
Un postre clásico y delicioso merece un maridaje que esté a la altura. Te recomendamos acompañar estas torrijas de vino con nuestros vinos:
Con un gran equilibro grado-acidez, este vino blanco con aromas a frutas exóticas destaca en boca por su final fresco con notas cítricas.
Premiado con la Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Bruselas y con 91 puntos en la Guía Peñín, este blanco Reserva se muestra untuoso, sabroso y equilibrado en boca. Además, posee matices a manzana reineta y recuerdos a hierbas aromáticas. Todo un acierto para maridar con torrijas, aperitivos y patés.
Recetas sencillas y llenas de historia
Como puedes ver, las torrijas de vino son parte de la historia gastronómica de España. Un plato sencillo que nació para hacerle frente a los tiempos difíciles y que hoy es todo un emblema de los dulces típicos de nuestro país. Disfruta de esta receta en cualquier época del año, y siempre que sea posible, en buena compañía y una copa del mejor vino.
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