No cuenta con una Fashion Week, sin embargo, la capital guipuzcoana es un icono de estilo con sus calles como pasarela urbana en las que descubrir las últimas tendencias.
Los hombres lo tienen fácil en la Bella Easo porque es solo cuestión de tiempo encontrar una tiendas de ropa de hombres en San Sebastián que se ajusten a cada preferencia. En la calle Narrica 1 se encuentra Montes + Múgica, un espacio que combina moda, decoración, y un estudio de interiorismo. En ella se puede vestir marcas como Dockers, YMC, Levi’s Vintage, Our legacy, Han Kjobenhavn, o Another shirt please, entre otras.
Como comercio de referencia en San Sebastián encontramos un nombre, Arbelaitz, una tienda que se inauguró en 1981 y que en la actualidad ha incrementado su número a siete, repartidas por toda la ciudad, cuatro dedicadas a ropa de mujer, una a hombre, y dos a complementos. En el establecimiento dirigido al público masculino, situado en la calle Peñaflorida número 5, es posible adquirir firmas como Moncler, Henry Cottons, Hartford, Armani Jeans, Hacket, o Pantofola d’Oro.
Don Pascual es otro de los nombres conocidos en San Sebastián, con cuatro tiendas multimarca, donde es posible dar con firmas difíciles de encontrar en las grandes superficies.
Noventa Grados, en la calle Mayor 3, es otra referencia en la ciudad por las firmas y el producto que la componen. No sólo se trata de una boutique en la que descubrir prendas de Balenciaga, Alexander Wang, Jil Sander o Proenza Schouler, sino que combina arte y cultura, calzado, complementos, joyas, maquillaje, cosmética, perfumería y peluquería.
La compañía holandesa especializada en moda masculina Baileys crece en el mercado español y es una recién llegada a la ciudad que se está haciendo un hueco entre las tiendas de ropa de hombres, con un nuevo establecimiento en el número 7 de la calle Andia. Con este punto de venta, la empresa ya cuenta con una red de distribución en España formada por 15 tiendas. De origen familiar, Baileys es una cadena de tiendas dedicada al diseño y fabricación de moda para hombre, con más de mil clientes multimarca en el norte de Europa.
Loewe, en la calle Fuenterrabía, 24, o Hugo Boss, que acaba de abrir un establecimiento de 290 metros cuadrados en la calle Arrasate 16, son otras de las direcciones que no pueden faltar en el itinerario.
Sin embargo, en una ciudad de olas como San Sebastián las tiendas de surf son parte del paisaje y una parada obligatoria en cualquier ruta de tiendas. Loreak Mendian es un clásico donostiarra. Todo empezó en 1995 cuando Víctor Serna y Xabi Zirikiain Tiendas de ropa de hombresabrieron un establecimiento en la zona del puerto. En la actualidad son un equipo de más de 40 personas y tienen quince tiendas, diez propias en España, cuatro franquicias (en Bilbao, Lyon y dos en Australia), y un shop-in-shop en París.
Además, en su local de la calle Hernani 28 comparten su firma con otras como Nudie Jeans o Carhartt, e incluso cuentan con una peluquería en la planta baja. Loreak Mendian es mucho más que un comercio de moda, es un emblema de la ciudad que transmite la cultura donostiarra por diferentes partes del mundo.
Un caso similar es el de Pukas, otro de los nombres que se asocian con San Sebastián y Zarautz. Se trata de una empresa familiar dedicada a la fabricación de tablas de surf de alto rendimiento y bikinis hechos a mano. En la actualidad las Pukas Surf Shops son las tiendas multimarca que Pukas ha dirigido durante más de 30 años, situadas en el centro de la cultura surfera de España y Europa que, además, han sido responsables de innumerables campeonatos de surf que en su día trajeron, por primera vez para la mayoría de los asistentes, surfistas profesionales a las costas del País Vasco durante las décadas de los 80 y 90.
Las opciones son numerosas y no existen posibilidades de no encontrar lo que se busca en una ciudad rendida a la moda como es San Sebastián. Un lugar idílico para descubrir nuevas tendencias y disfrutar de un día de tiendas al que poner el broche final compartiendo una copa de Rioja Bordón porque, ya se sabe, con Rioja Bordón, la vida sabe mucho mejor.