¿Vino vs. cerveza? Está claro que la subjetividad de los gustos de cada uno a la hora de decantarse por una u otra bebida es la clave fundamental. Pero, si nos gusta disfrutar tanto del vino como de la cerveza, ¿hay razones objetivas para elegir una por delante de la otra? Pues sí que las hay. El vino y la cerveza son las dos bebidas alcohólicas favoritas de los españoles. Tanto es así que cada español consumimos, de media, unas 74 copas de vino y unas 26 pintas de cerveza al año, según lo que refleja un estudio de 2018 de EAE Business School sobre el sector vitivinícola en nuestro país . Y es que más allá de estudios, cualquiera que conozca un poco nuestra cultura sabe que el vino y la cerveza son el rey y la reina de la hora del aperitivo, del tapeo y del terraceo. Pero sin embargo, nosotros hemos encontrado fácilmente 5 motivos por los que es mejor elegir una copa de vino en lugar de una pinta de cerveza. Cinco convincentes empujoncitos para dejarte seducir por el arrullador canto de Baco.
1. La cerveza engorda más que el vino
El contenido energético medio de una copa de vino tinto es de unas 124,5 calorías, mientras que el de una pinta de cerveza se sitúa en unas 215 calorías, un 72 % más. Además, aunque la graduación alcohólica del vino (12 % – 15 %) suele ser, como promedio, mayor que la de la cerveza (6 %), lo cierto es que cuando pedimos una cerveza estamos consumiendo mayor cantidad de líquido que cuando pedimos una copa de vino. Así, el contenido final de alcohol que ingerimos es similar en ambos casos: entre 16 y 24 gramos de alcohol, que es uno de los principales componentes calóricos de ambas bebidas. Por otra parte, el vino tinto no solo engorda menos por su menos contenido calórico, sino que ayudaría a bloquear la formación de nuevas células de grasa en nuestro organismo.
2. El vino es una fuente natural de antioxidantes
Las uvas con las que se elabora el vino son una fuente natural de resveratrol, un poderoso antioxidante natural que ayuda a prevenir la degradación celular, produciendo un efecto antienvejecimiento. Pero los beneficios de esta fitoalexina presente en el vino no terminan ahí, sino que numerosos estudios científicos sobre esta sustancia han concluido que podría tener propiedades anticancerígenas y de protección contra el Alzheimer.
3. El vino ayuda a prevenir las enfermedades cardiovasculares
Además del resveratrol, el vino contiene otros polifenoles, minerales, flavonoides y otras muchas sustancias que hacen que su consumo se haya probado positivo para prevenir diferentes enfermedades cardiovasculares. Así, el consumo moderado de vino ayuda a metabolizar el colesterol de forma más efectiva, aporta flexibilidad a las paredes arteriales y promueve una mejor circulación sanguínea.
4. ¿Mala memoria? Mejor vino que cerveza
Los bebedores de vino tienen menor riesgo de sufrir demencia, a tenor de lo publicado en un estudio médico de la Loyola University Medical Center de EEUU. Y es que otro de los beneficios derivados de los efectos del resveratrol en nuestro organismo es que este favorece la correcta irrigación sanguínea de las células cerebrales, retrasando la aparición de este tipo de patologías.
Las uvas con las que se elabora el vino son una fuente natural de resveratrol, un poderoso antioxidante natural.
5. Se tenía que decir y se dijo
Después de citar tantos artículos científicos, no querríamos ir ahora de terraplanistas, pero es que nos cuesta mucho creer lo que afirma este estudio científico de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid sobre que la cerveza no produce gases. Lo cierto es que la digestión del alcohol es un proceso complejo en el que se liberan compuestos como acetato y dióxido de carbono, y que nos producen esa sensación de hinchazón abdominal. No contradiremos a los que saben, pero es de suponer que si cuando bebemos cerveza, en general, ingerimos más cantidad de líquido que cuando bebemos vino, lo normal sería pensar que nos sentiremos más hinchados. Por otra parte, lo que también está demostrado es que el lúpulo de la cerveza tiene un importante efecto diurético sobre nuestro organismo, lo que explica que nuestros paseos al baño sean más habituales si nos decantamos por esta última.
Vino o cerveza, sea cual sea tu elección, lo importante es que disfrutes de ellos con moderación para aprovechar todos los beneficios para la salud que tiene cada uno. Y si eliges vino… ¡prueba los nuestros!