Al norte de España y a orillas del río más caudaloso del país, el Ebro, se alza una ciudad que esconde, a muchos niveles, un gran valor: Logroño. Tal es su importancia que ya en la Edad Media los diferentes reinos existentes en la península ibérica se disputaban su dominio.
¿Qué tiene la capital de La Rioja que llama tanto la atención? Para descubrirlo hay que recorrerla detenidamente, dedicando el tiempo necesario a contemplar sus rincones más especiales. Pasado y presente se mezclan en sus calles, en sus comercios, en sus edificios y en sus bares.
Por eso, si quieres saber qué hacer en Logroño, en el siguiente artículo te proponemos una lista de planes imprescindibles a poner en práctica en esta ciudad.
Foto: Kris Arnold
Buena comida y mejor vino
Calle Laurel
Una de las respuestas a qué visitar en Logroño, está clara: disfrutar de la comida y la bebida. Por si no lo sabías, Logroño fue declarada Capital Gastronómica Española en 2012 con toda la razón y la calle Laurel y otras como San Agustín, San Nicolás o San Juan, son buenos sitios para entender por qué.
La calle Laurel es tan importante y tiene tanto que decir que posee hasta web propia. Como curiosidad, por esta histórica arteria de la ciudad se amontonan más de 50 bares con todo tipo de pinchos y platos, para llevarse a la boca el sabor de la capital y conocer de primera mano la gastronomía riojana.
Junto a la Calle Laurel, las Bodegas Franco-Españolas son las 2 actividades más recomendadas de Logroño por los usuarios de TripAdivsor.
Mercado de San Blas
Y si todavía te queda espacio para algo más que llevarte al estómago, el camino puede continuar por el Mercado de San Blas, en el mismo sitio donde un día se alzaba la Iglesia de San Blas, que fue derruida en 1837. Este edificio ahora combina un exterior bonito – vale la pena admirar su arquitectura- con un interior suculento. Allí se pueden encontrar todo tipo de puestos con productos de la tierra, desde los más tradicionales a los más actuales.
Bodegas Franco-Españolas
Y si se busca un buen rincón para disfrutar de una jornada de enoturismo y degustar la bebida por excelencia de la zona, hay uno esencial. Bodegas Franco-Españolas, la única bodega situada en el centro urbano de Logroño. Una Bodega que, además de contar con más de un siglo de historia, sigue erigiéndose como un referente en el mundo del vino, continuando con la misma pasión que le insufló su fundador, Frederic Anglade, y sus actuales responsables, la familia Eguizábal.
Pasando sus puertas, tendrás la posibilidad de realizar una gran variedad de actividades en torno al vino: visita a la Bodega, catas, placeres gourmet, etc. Puedes conocerlas todas aquí.
Cultura
El Espolón
Se trata de un espacio céntrico, con diferentes cafeterías y restaurantes. Hablamos del Paseo del Príncipe de Vergara, también conocido como El Espolón. Se ideó en el s.XVIII y se ha ido remodelando y ampliando a lo largo del tiempo. Lo más emblemático es su paseo de plátanos, el auditorio –denominado Concha del espolón por su forma- y la estatua dedicada al general Espartero que pasó en esta ciudad sus últimos años de vida.
También está la Concha del Espolón, que es famosa porque se realiza el pisado de las uvas en el comienzo de las fiestas de San Mateo. En este auditorio al aire libre también se celebran conciertos, sobre todo en verano.
Es un buen lugar para empezar un recorrido histórico y cultural por la ciudad.
Concatedral de Santa María de la Redonda
No podía faltar en la jornada de turismo una visita a un monumento histórico de la zona. Ubicada en el corazón de logroño, esta peculiar iglesia recibe el nombre de “la redonda” en honor al edificio religioso de forma octogonal que se encontraba en este lugar antes de la construcción de la Concatedral, edificada entre los siglos XVI y XVIII.
Otros de los aspectos más distintivos de la Concatedral de Santa María de la Redonda son sus dos torres góticas, joyas auténticas de este estilo arquitectónico.
Muralla del Revellín
No muy lejos de Santa María de la Redonda está lo que queda de la antigua muralla que defendía la ciudad de Logroño, la muralla del Revellín. Los pocos restos todavía en pie se encuentran en la calle Barriocepo. También ha resistido los embates del tiempo la Puerta del Revellín, que es la única entrada original que se conserva, y el Cubo del Revellín, que era un cubo artillero para defender la urbe.
La iglesia de los peregrinos
Al lado de la iglesia de Santiago el Real está la fuente de Santiago, también conocida como la fuente de los peregrinos porque les ofrecía a los caminantes un descanso y agua para reponerse antes o después de entrar al templo. Lo llamativo de la iglesia de Santiago el Real es que su origen se remonta a las cuevas que cobijaban a los primeros habitantes de esta zona. En una de ellas los primeros cristianos se reunían cuando todavía estaban perseguidos. Tras el cese de la persecución, se alzó este templo.
El Parlamento dentro de un convento
No es actualmente un edificio religioso, aunque lo fue en su día, y muchas otras cosas. El Parlamento de la Rioja, que tiene su sede en Logroño, está ubicado en lo que fue la iglesia y el claustro de un antiguo convento del s.XVII que pasaría a convertirse en cuartel durante la Guerra Civil y en fábrica de tabaco.
Ahora asistir a una sesión del Pleno debe de ser como mínimo agradable, porque el Salón de Plenos está acomodado en lo que había sido el claustro del convento, del que todavía se conserva la estructura. Una maravilla dedicarse a la política en este lugar.
La iglesia más antigua de Logroño
Gracias a que esta ciudad era un punto importante dentro del Camino de Santiago, se pudieron alzar grandes templos como el de San Bartolomé, que es el más antiguo de la capital riojana. Lo curioso es que no solo era un lugar religioso, también tenía funciones militares. Se construyó en el s.XIII y su torre servía como una perfecta atalaya defensiva, en lo que entonces era el núcleo medieval de la ciudad.
Visitar esta iglesia es como caminar a través del tiempo si se deja volar la imaginación.
Foto: Angela Llop
La iglesia Imperial de Santa María de Palacio
Pero todavía quedan más iglesias por recorrer si al visitante le interesa, y sin salir del casco antiguo. Está la iglesia Imperial de Santa María de Palacio, una joya de estilo gótico de la que destaca especialmente la aguja -en parte por sus dimensiones- y el retablo mayor, una creación de Arnao de Bruselas que había sido ideada para la Concatedral de Santa María de la Redonda pero que por disputas con el Cabildo Colegial -el colegio de clérigos- terminó aquí.
El Ayuntamiento antiguo y el moderno
Durante más de 100 años, concretamente hasta 1980, el Ayuntamiento de Logroño estaba situado en la Casa de los Chapiteles, en pleno corazón de la capital, un edificio que la familia de los Jiménez de Enciso mandó construir en el s.XVI. Pero se quedó pequeño y la casa consistorial se trasladó a un nuevo complejo arquitectónico mucho más amplio, que se alza sobre lo que había sido un antiguo cuartel.
De camino al río
Puente de Piedra
Ya saliendo de la ciudad en dirección al Ebro nos topamos con el Puente de Piedra, uno de los emblemas de Logroño, que hasta aparece en su escudo y que es, además, el punto de entrada del Camino de Santiago. El que podemos contemplar hoy en día se construyó a finales del s.XIX, después de que se derrumbara el que había y constituye un bonito paseo sobre el río.
Foto: ARendle
Puente de Hierro
Construido por el arquitecto Fermín Manso de Zúñiga en 1882 y con una extensión de 330 metros, es el puente más antiguo de los 4 que se pueden contemplar en la ciudad de Logroño. También se le conoce como Puente de Sagasta.
Casa de las Ciencias
Cerca del puente está la Casa de las Ciencias, lo que antiguamente constituía el Matadero Municipal, considerado un buen ejemplo de la arquitectura industrial de la ciudad. Se rehabilitó a finales de los 90 para convertirse en lo que es hoy en día: una serie de salas de exposiciones, de conferencias y talleres repartidas en diferentes plantas que vale la pena visitar. No solo el interior, el exterior también, porque alberga el denominado Jardín de las Ciencias, un lugar para aprender y para disfrutar al aire libre.
Tesoros del pasado que se reinventan
Pero ¿qué más hacer en Logroño? El recorrido sigue por la historia que se convierte en presente aprovechando el pasado.
Botas Rioja
Botas Rioja es un comercio que diseña y vende botas de vino. Se ha mantenido vivo durante cuatro generaciones, superando todo tipo de crisis, adaptándose a las evoluciones. Su actual dueño, bisnieto del fundador, es el único botero artesano que queda en La Rioja. Su establecimiento es famoso en todo el mundo, sobre todo entre los peregrinos. Hasta Paulo Coelho se acercó un día allí.
Disfrutar de la naturaleza
Parque del Ebro
Con 153.000 metros cuadrados de superficie, por el Parque del Ebro hay espacio para pasear al aire libre y disfrutar de lo que la naturaleza nos ofrece allí. Y si apetece, también tomar algo en el bar junto al estanque. Caminos arbolados al lado del río y diferentes aves, como las cigüeñas, hacen de este un lugar estupendo para acabar el viaje relajándose y, por qué no, también bajar la comida.
Si vas a visitar próximamente Logroño y quieres tener todos estos enclaves localizados, te recomendamos descargarte este mapa y llevarlo contigo durante tus jornadas de turismo por Logroño.
No tendríamos que olvidarnos,del caballo del general Espartero,muy nombrado en toda España.
¡Una bonita ciudad Logroño!. Nos llevamos una grata sorpresa con la Casa de las Ciencias, un lugar muy interesante, sobretodo para visitar con niños. Tiene muchos experimentos interactivos en su exterior, también son muy interesantes sus exposiciones temporales. ¡Muy recomendable!