La vendimia consiste en la recogida de la uva para la posterior producción del vino. Se trata de un momento clave dentro del proceso de elaboración de cualquier vino, ya que durante este tiempo, los enólogos y bodegueros toman una serie de decisiones que son cruciales para determinar las características del vino que se va a producir y la calidad que este podrá llegar a alcanzar. Tan importante es la vendimia para las regiones vitivinícolas, que en muchas ocasiones estos días se convierten en el acontecimiento más importante del año, dando lugar a lo largo de la historia a festividades tan arraigadas como las Fiestas de San Mateo de Logroño, cuyos orígenes datan del siglo XII. Y es que sin vendimia no habría vino, y por eso hoy vamos a dedicarle unos minutos a conocer un poco mejor qué significa la vendimia para La Rioja, y para muchas otras regiones del mundo que entienden el vino de una forma similar.
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[pswp_products ids=»422,2010,466″]Los orígenes de la vendimia
Como decíamos, sin vendimia no habría vino, por lo que es de suponer que los orígenes de esta tradición se remontan al origen mismo del vino. Así, las primeras referencias escritas a la vendimia se encuentran en textos del Egipto antiguo, hace más de 5000 años. En ellos se hace mención de los trabajos de recogida de la uva y de otros frutos, y de su posterior pisado para producir el mosto, que una vez fermentado daría lugar al vino. Pero estas vendimias milenarias no solo tenían importancia desde el punto de vista de la agricultura, sino que eran todo un acontecimiento cultural, religioso y social durante la época, ya que en ellas se festejaba la cosecha y se agradecía por ello al dios Osiris en forma de ofrendas, a quienes los egipcios atribuían la creación de este líquido alimento. Una concepción similar de la vendimia tuvieron culturas como la Fenicia, o las civilizaciones de la Antigua Grecia y la Antigua Roma, con sus festejos, bailes y celebraciones en honor y agradecimiento a los dioses Dionisos y Baco, respectivamente. No en vano, de los últimos hemos heredado no solo el carácter festivo y la importancia social y económica de esta actividad, sino también el propio nombre de la vendimia, derivado del término latín vindemia, que significa etimológicamente arrancar (demere) el fruto de la viña (vinea).
Qué es la vendimia
Pues, a grandes rasgos, la vendimia sigue siendo aquel “arrancar el fruto de la viña” de los romanos. Una actividad que, en esencia, sigue siendo muy parecida desde hace miles de años, pero a la que se han incorporado todos los avances tecnológicos, los conocimientos y los cuidados necesarios para obtener la mejor posible y que ésta llegue en perfecto estado a las bodegas. Y es que la atención y el control con el que se realiza la vendimia hoy en día es lo que marca la diferencia con respecto a los vinos de la antigüedad, siendo la vendimia el punto de partida ineludible para elaborar un buen vino.
De forma muy resumida, la vendimia consiste en la recogida de las uvas en el viñedo y su transporte hasta la bodega, donde se realizan las labores de despalillado de los racimos, se seleccionan las mejores uvas de la cosecha y se realiza el estrujado, la fermentación y el posterior prensado para la extracción del primer vino de la cosecha.
El grado de maduración óptimo de la uva: clave para la vendimia
Pero lo realmente importante del proceso de vendimia tiene que ver con la elección del momento idóneo para comenzar la cosecha de la uva. Un momento que vendrá determinado por el grado de maduración que presenten las bayas de las uvas. Es el enólogo de la bodega quien determinará cuándo es el momento perfecto para iniciar la vendimia, atendiendo a un seguimiento exhaustivo de la evolución de los frutos y a una serie de análisis técnicos, catas y pruebas de laboratorio que determinan el punto óptimo de maduración de la uva. Lo que se busca principalmente es que los frutos estén los más sanos posibles y que presenten unas concentraciones óptimas de azúcares, ácidos, taninos y toda una serie de componentes naturales que determinarán las características del vino una vez finalizada la elaboración y su guarda: los matices aromáticos, su graduación alcohólica, su nivel de estructura y de cuerpo, su color, su frescura, etc.
Así pues, aunque en España la cosecha de la vid suele realizarse entre los meses de agosto y octubre, el momento de la vendimia variará de unas regiones a otras y también de unos años a otros en una misma región vitivinícola, ya que el punto óptimo de maduración de las uvas dependerá de una serie de factores muy amplio: la variedad de uva a vendimiar, el tipo de vino que se quiere producir, el clima de la región, las condiciones meteorológicas del mismo año, la situación geográfica de los viñedos (latitud, longitud y altitud), la influencia de las precipitaciones, de la exposición a los rayos del sol, la temperatura, la composición del terruño, etc.
Tipos de vendimia: manual o mecánica
Determinado el momento idóneo para comenzar a cosechar las uvas, hay dos maneras principales de hacerlo en la actualidad, bien a mano o por procedimientos mecánicos.
- La vendimia manual supone que los racimos son recogidos uno a uno, a mano, por los vendimiadores. Estos realizan una primera selección en los mismos viñedos, cortando únicamente aquellos racimos que se encuentran en condiciones óptimas de maduración. Estos racimos se transportan en cajas de poca capacidad para garantizar que las bayas no se aplastan y llegan en perfectas condiciones a la bodega, donde se inicia el proceso de elaboración del vino antes de que los frutos comiencen a fermentar. Este tipo de vendimia supone unos altos costes, pero asegura el mayor cuidado para las uvas y un grado de maduración homogéneo de toda la cosecha. Por ello, la vendimia manual suele ser la empleada para producir vinos de alta calidad.
- En cuanto a la vendimia mecánica, esta se realiza mediante el uso de cosechadoras que van recogiendo los racimos de las viñas cultivadas en espalderas: largas hileras de viñedos con una separación amplia entre sí para permitir el paso de las máquinas. Este tipo de cultivo implica menores costes, pero conlleva también un menor cuidado de los frutos y no asegura que los racimos presenten un grado de maduración homogéneo, influyendo ambos factores en la calidad final del vino.
Además, existen otro tipo de vendimias más particulares, como por ejemplo las vendimias nocturnas, realizadas de noche para evitar que las altas temperaturas estropeen las uvas en zonas calurosas; o las vendimias tardías, en las que se espera a que las uvas estén parcialmente secas en la vid para aumentar la concentración de azúcares, que se emplea para producir, entre otros, vinos fortificados.
Como hemos visto, sea del tipo que sea, la vendimia es un momento clave para cualquier bodega, ya que es cuando se obtienen los primeros resultados de todos los esfuerzos previos de cuidado de los cultivos. A partir de la vendimia se conocerá la calidad del mosto y del primer vino, y se determinará si este es apto para producir un gran vino de guarda. Un momento que aúna trabajo, tradición, cultura y festejos, todo ello en torno al vino. Una ocasión perfecta para visitar La Rioja y conocer la vendimia de Bodegas Franco-Españolas durante la mejor época del año para practicar el enoturismo.