Como bien dice el refranero “se recoge lo que se siembra”, o en nuestro caso, lo que se poda . Y es que sabemos valorar los éxitos con los que son galardonados nuestros caldos porque somos conocedores del esfuerzo y trabajo que hay detrás de cada uno de nuestros vinos.
Comenzamos el mes de marzo finalizando una de las labores más importantes de la viticultura, la poda de invierno

Cada golpe de tijera “clac clac” es uno de los actos más comprometido para el ciclo vital de la viña. Con algo aparentemente tan sencillo como “un simple corte” estamos interviniendo en el flujo de la savia; estamos definiendo el futuro crecimiento y rendimiento del viñedo.

Podar bien es fundamental para controlar la producción de uva y centrarnos en calidad y no cantidad, prolongar la vida de las cepas en buen estado y ayudar a la planta a defenderse frente a enfermedades.

Como puedes ver, hemos aprovechado bien el letargo de la planta provocado por el frío del invierno, para definir ya la próxima cosecha y poder seguir haciéndote disfrutar con nuestros vinos.