Centros de la vida social de muchas de nuestras ciudades, las plazas son elementos urbanos cargados de historia e historias, espacios concebidos para la contemplación reposada. En esta ocasión, visitamos varias de nuestras capitales en busca de las plazas con más encanto de España. De norte a sur, de este a oeste. Confiemos en que disfrutéis de este paseo tan embriagador.
1. Plaza de la Villa de Madrid
Íntima y recogida, hoy este lugar ha quedado relegado a mero punto turístico, pero no te dejes llevar por las falsas apariencias ya que este bello rincón fue el primer centro económico de Madrid y, hasta 2007, albergó el Ayuntamiento de la capital en el interior de la Casa de la Villa. Destaca por sus tres edificios, cada uno de un siglo y de un estilo arquitectónico diferente. De izquierda a derecha la Casa de los Lujanes (la construcción civil más antigua de Madrid), la Casa de Cisneros y por último la citada Casa de la Villa. Un espacio no muy lejos del bullicio de la Puerta del Sol perfecto para otear y sentir el intenso pasado de la ciudad.
Foto: Jean-Pierre Dalbéra
2. Plaza Mayor de Salamanca
El espacio central de la ciudad salmantina aparece en casi todas las quinielas cuando se trata de mencionar las plazas con más encanto de España. Declarada en 1935 Monumento Nacional, de ella el literato Miguel de Unamuno comentó: “Es un cuadrilátero irregular pero asombrosamente armónico”, y no le faltaba razón en tacharla de irregular, ya que cada una de sus cuatro fachadas tiene una longitud diferente. De tonos dorados, destaca en una primera ojeada por sus casi cien arcos de medio punto, acompañados de medallones que homenajean a personajes relevantes de la historia de España. Este lugar levantado entre los años 1729 y 1756 lleva siglos siendo el centro de la vida social de Salamanca. Y lo que le queda.
3. Plaza del Obradoiro en Santiago de Compostela
Te puede gustar más o menos pero lo que es incuestionable es que pocas más plazas de España rebosan la espiritualidad de la Plaza del Obradoiro, en Santiago. Una monumental recompensa para los miles de peregrinos que, año tras año, emprenden travesías de cientos de kilómetros y que tienen como destino la ciudad gallera. Esta plaza consta de cuatro laterales, cada uno ocupado por un edificio, curiosamente con todos ellos se puede hacen un perfecto resumen de los brazos que han articulado, durante siglos, la vida de la ciudad. La Catedral de Santiago, el parador de los Reyes Católicos (antiguo hospital), el Colegio de San Xerome y el Palacio de Raxoi (actual sede del Ayuntamiento). En el centro, una placa, a modo del “Kilómetro Cero” de la Puerta del Sol madrileña señala la llegada y, por tanto el cumplimiento de un sueño, a los muchos peregrinos que llegan a ella.
Foto: Yearofthedragon
4. Plaza de España de Sevilla
Si Sevilla es una de las ciudades más mágicas que existen en parte es por lugares como su cautivadora Plaza de España. Un espacio de 50.000 metros cuadrados cargado de belleza y simbología. Este recinto, obra del arquitecto Aníbal González se levantó con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Por ello, su forma semi-elíptica, simbolizando un abrazo entre España y los antiguos territorios americanos. Además, toda la obra apunta al Río Guadalquivir, como camino a seguir para llegar hasta América. A destacar en este fabuloso lugar, con alma de ladrillo visto y que costó algo más de 17 millones de pesetas, el canal de medio kilómetro de longitud y que es atravesado por cuatro puentes. Un lugar tan increíble que sus cameos en el cine han sido habituales, incluso tuvo sus segundos de gloria en Star Wars: Episodio II.
5. Plaza de la Catedral de Oviedo
De aires clásicos y repletos de nostalgias, pasear por la Plaza de la Catedral de Oviedo es una experiencia demasiado gratificante como para pasarla por alto. De aspecto tranquilo, la también denominada Plaza de Alfonso II ‘El Casto’ es fruto de una ambiciosa reforma atajada en 1928. En este coqueto recinto destaca el alargado perfil de la Catedral de San Salvador pero también encontramos construcciones como la Casa de la Rúa, cuyos orígenes se remontan al siglo XVI cuando fue erigida por Alonso González de la Rúa, contador de los Reyes Católicos. No podíamos obviar la presencia ‘humana’ más evocadora de este recinto, la de la escultura de Ana Ozores, protagonista de La Regenta, fabulosa novela ambientada en Vetusta, alter ego literario de la capital ovetense.
Foto: Jose Luis Cernadas Iglesias
6. Plaza del Rey en Barcelona
De aspecto casi acorazado y de alma invisible, pocos lugares reflejan mejor el pasado medieval de Barcelona que esta Plaza del Rey, que respira a espaldas de la catedral de la Ciudad Condal, casi en secreto. No hay más que echar un vistazo y ver el aspecto austero y pétreo de sus laterales para entender lo mucho que nos hemos desplazado en el tiempo. Ubicada en el Barrio Gótico, en Ciutat Bella, esta bonita explanada combina trazas medievales y renacentistas. Su elemento más importante es el Palacio Real Mayor, donde habitaron los Condes de Barcelona y los Reyes de Aragón. El aspecto actual de la plaza es fruto de incontables reformas a lo largo de historia pero siempre manteniendo ese recogido aspecto, mutando elementos ornamentales. Aquí tiempo atrás hubo un mercado y también se celebró la primera corrida de todos de Barcelona así como justas medievales. Tan sólo la escultura ‘Topos’ de Eduardo Chillida nos da la sensación de que el tiempo no se detuvo aquí por completo.
Foto: Carquinyol
