Uno de los aspectos que diferencia y eleva al vino sobre otros alimentos o productos gastronómicos es su tremenda capacidad para registrar y reflejar el carácter de la tierra en donde se elabora. Un carácter que queda íntimamente marcado por las costumbres enológicas de cada región e incluso de cada bodega. Pero que nos habla también, como no podía ser de otra manera, de todos los matices organolépticos que transfiere el propio terruño, así como de los embates de un determinado tipo de clima particular sobre las viñas.
Todo esto llega al vino a través de la uva y de la experiencia vital de la vid antes de que esta nos ofrezca sus frutos. Y por ello, nos parece especialmente interesante poder conocer bien las distintas partes de la vid para entender cómo a través de su cultivo y de su cuidado pueden llegar a matizarse las características propias de cada vino.
[pswp_products ids=»1999,1996,2013″]La vid y las diferentes etapas de su ciclo de vida
Al hablar de la vid en el contexto del mundo del vino, por lo general, nos estaremos refiriendo a la Vitis vinifera, el término científico bajo el que se denomina a la especie principal que engloba a la gran mayoría de variedades de uva empleadas tanto para la producción de vino y de productos derivados, como también a la mayoría de variedades de uva de mesa.
Se trata de una planta en cierta medida leñosa y trepadora, cuyo fruto son las bayas de uva que se agrupan en racimos, y que son la materia prima principal con la que elaboramos el vino.
Pero antes de entrar de lleno en la anatomía de la vid y en las diferentes partes que componen a la planta, es importante que hagamos primero un pequeño repaso por las diferentes fases del ciclo de vida de la vid. De esta manera, podremos entender después el papel que desempeña cada una de las partes de la planta en el desarrollo de este ciclo vital de la vid y su importancia en el desarrollo y la formación de las uvas de las que obtenemos el vino.
En términos generales, las 8 etapas básicas del ciclo vital de la vid serían estas:
Brotación
Podríamos considerarla como la primera fase del ciclo vegetativo de la vid. Se inicia con la primavera, después del parón metabólico que experimenta el viñedo durante el invierno. Durante esta etapa comienzan a aparecer los primeros brotes verdes en las plantas de la vid.
Foliación
Llega el calor y comienzan a aparecer hojas nuevas en las vides. Una parte fundamental de cualquier planta, ya que permiten la síntesis de energía a través de la fotosíntesis.
Floración
En esta etapa empiezan a distinguirse las primeras flores. En función del momento exacto de floración, el equipo enológico podrá empezar a calcular el momento más adecuado para la vendimia.
Fecundación y fructificación
Se produce la fecundación entre las diferentes cepas del viñedo o a partir de la misma cepa. Desde este momento, comenzarán a producirse los frutos de la vid, las uvas, culminando el proceso reproductivo vegetal.
Envero
Esta fase clave para las bodegas dentro del ciclo vital de la vid suele darse durante el verano, pudiendo variar días arriba o abajo en función de la climatología y otras características de cada lugar de cultivo. Es el momento en el que las uvas comienzan a madurar, algo que revelan cambiando su color. A partir de aquí, las bayas irán acumulando cada vez más nutrientes en su interior, muchos de ellos vitales a la hora de determinar las propiedades del vino que se elaborará con estas uvas.
Maduración
Se trata del punto álgido en cuanto a la concentración de nutrientes dentro de las uvas. Principalmente azúcar, vital para alimentar los procesos de fermentación, pero también todo tipo de ácidos naturales, compuestos de tipo alcohólica, polifenoles y compuestos flavonoides.
Vendimia
En el punto óptimo de maduración determinado en función de los objetivos enológicos de cada bodega, se inicia la recogida de la uva para iniciar con ella los trabajos de elaboración del vino.
Parada
Terminada la vendimia, el metabolismo de la vid decae y, con la bajada de las temperaturas, entra en un estado de baja actividad, hasta terminar perdiendo sus hojas. Así pasará el resto del invierno hasta que se reinicie el ciclo vegetativo de la vid con una nueva brotación.
Estas son las partes esenciales de la vid y sus funciones principales
Ahora ya sí, ubicada la naturaleza de la vid y explicadas las etapas más importantes de su proceso vital, podemos pasar a descubrir las partes más notables de la anatomía de la planta.
Estas serían las partes esenciales de la vid y sus funciones:
Raíces
Al igual que en la gran mayoría de las plantas, las raíces de la vid cumplen una labor fundamental en el crecimiento y buen desarrollo de la misma. A través de ellas la vid obtiene los nutrientes que necesita del terruño para poder llevar a cabo sus procesos vitales. Unos nutrientes que ayudarán a determinar la composición del interior de las uvas y ciertos aspecto organolépticos que podremos percibir una vez elaborado el vino. A través de estas raíces la vid absorberá principalmente el agua, pero también todo tipo de compuestos minerales: nitrógeno, potasio, fósforo, etc.
Tronco
El tronco es la principal parte visible de la planta sobre el nivel de la tierra. Se trata del elemento más importante de sostén de la vid, a partir del cual también se distribuyen los nutrientes obtenidos por las raíces y sintetizados en las hojas hacia las diferentes partes de la planta.
Brazos
Los brazos son las primeras ramificaciones del tronco. Son todavía robustas y leñosas. A su vez, sirven como elemento de sostén de la planta y a partir de ellos comienza a distribuirse las ramificaciones de menor grosor de la vid.
Pulgares
También conocidos como pitones, son la base de los sarmientos podados en los años anteriores y sobre los cuales se desarrollará la planta generando nuevos sarmientos.
Sarmientos
Los sarmientos, también conocidos en algunos lugares como pámpanos, cañas o brotes, salen con cada nuevo ciclo vegetativo de la vid. Son ramificaciones más finas que parten de los pulgares de la planta y que son podadas para limitar y controlar el crecimiento y la producción de uva de la vid.
Zarcillos
Son las estructuras de sujeción de la planta de menor tamaño. Su misión es la de anclarse a otras estructuras naturales o artificiales —como por ejemplo las espalderas que se instalan en muchos viñedos— para ofrecer sostén a la vid, al igual que sucede con otras plantas trepadoras.
Hojas
Son otras de las partes más importantes para el metabolismo de la planta, ya que a través de ellas se realiza la fotosíntesis; la producción de energía química a través de la captación y la transformación de la energía lumínica obtenida del sol.
Yemas
Son unas estructuras de crecimiento fundamentales para la planta, ya que a partir de ellas se desarrollarán nuevos sarmientos y, a su vez, a nuevos zarcillos, hojas e inflorescencias.
Inflorescencias
Son agrupaciones o racimos de las flores de la vid. Nacen a partir de las yemas durante la fase de floración. Una vez polinizadas y fecundadas, darán lugar a la formación de los racimos de uvas.
Racimos
Tras la fecundación de las inflorescencias de la vid, se originarán los racimos de uvas, que podremos dividir a su vez en el raspón y en las propias bayas de uva. En el interior de estas encontraremos, además del mosto y de la pulpa de la uva, las semillas que podrán dar lugar a nuevas plantas.
Ahora conocemos un poco mejor cuáles son las partes elementales de la anatomía de la vid, así como las diferentes etapas del ciclo vegetativo de esta planta. Una información que nos será muy útil para entender cómo influyen los procesos de viticultura a la hora de definir las características organolépticas y la personalidad de un vino.
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