En el maridaje, el objetivo debe ser siempre buscar la mejor combinación posible entre el vino y los platos que llevamos a la mesa para realzar lo mejor de cada parte y así obtener una experiencia gastronómica conjunta mucho más gratificante. Una experiencia de suma, en la que el potencial gastronómico del conjunto es mucho más que la simple adición de cada una de las partes que componen el maridaje. En este sentido, hoy queremos prestar especial atención al maridaje de los vinos Crianza.
Para simplificar un poco las cosas, nos centraremos en los vinos tintos Crianza, y así, vamos a comenzar recordando brevemente cuáles son las principales características de este tipo de vinos. Y después, haremos un pequeño recorrido por algunas clases de alimentos y de recetas que conjugan a la perfección con este tipo de vinos, todo ello en función de esas características que los definen.
[pswp_products ids=»422,1999,2010″]¿Cómo son los vinos Crianza?
Para poder hablar del maridaje de los vinos Crianza, primero hay que conocer mínimamente cuáles son los elementos que definen la personalidad de este tipo de vinos. Estos vinos son aquellos que han tenido ya un cierto tiempo de envejecimiento en barrica, que es fundamental para el desarrollo y la definición de sus características organolépticas. Así, durante este tiempo, y también durante el posterior período de guarda ya en botella, los vinos Crianza no dejan de evolucionar por efecto de un proceso de microoxigenación muy lento y de la transferencia de propiedades desde la madera: se afinan y redondean los taninos, se va rebajando la acidez inicial típica de los vinos más jóvenes, los colores evolucionan a tonalidades más parduscas y menos brillantes, adquieren mayor cuerpo y estructura, comienzan a definirse los aromas terciarios, y un largo etcétera. En definitiva, los vinos Crianza ganan en complejidad en todos los aspectos, convirtiéndose en vinos por lo general elegantes y equilibrados. Te contábamos más sobre los vinos Crianza DOCa Rioja en este post.
¿Qué comidas maridan a la perfección con los vinos Crianza?
Platos de carnes asadas y carnes a la brasa
Tanto carnes rojas como blancas: liebre, cordero asado, chuletillas de cordero, chuleta de buey o de vaca, costillas de cerdo asadas, churrasco, carnes a la plancha, aves… Los vinos tintos Crianza son una opción de maridaje perfecto para acompañar con carnes de sabores limpios y cocinadas sin demasiados aderezos ni salsas. El cuerpo de estos vinos ofrece un peso perfecto para equilibrar este tipo de platos. Además el carácter aromático especiado, las notas de madera y la intensidad de sabor de los Crianza ayudarán a realzar los gustos sencillos y ahumados de estos tipos de carnes.
Guisos
Guisos y estofados de carne o de verduras, platos de cuchara con base de legumbres, cocidos, fabadas, menestras… Este tipo de platos son algunos de los que mejor le sientan a un buen vino tinto Crianza. Nuestra debilidad particular, unas tradicionales patatas a la riojana y una botella de Bordón Crianza comandando la mesa.
Parrilladas de verduras y platos de setas
El fuego y el humo de la parrilla aportan un punto extra de carácter a los sabores suaves de las verduras. Un matiz aromático que casa a la perfección con los aromas terciarios que comienzan a ganar protagonismo tras el paso por barrica, generalmente de roble, de los vinos Crianza.
Los tostados, las notas especiadas, el humo, el cuero, el café, el tabaco o la vainilla a los que puede recordarnos un buen Crianza vestirán de gala a nuestras verduras. Los platos de setas de intensidad de sabor medio también se verán positivamente realzados junto con un vino tinto Crianza.
Arroces y platos de pasta
Desde una típica paella de carne, a un arroz caldoso o un risotto al horno, hay multitud de tipos de arroces que podemos disfrutar mucho más acompañados de un buen vino tinto Crianza. En estos casos, debemos buscar vinos no demasiado pesados, para que su sabor contribuya a realzar estas recetas sin llegar a enmascarar sus sabores.
Las pastas son otro de los bocados a los que un Crianza les puede sentar de maravilla. Sobre todo aquellas pastas acompañadas de salsas ligeras y no demasiado potentes. También las clásicas recetas de pasta cocinadas al horno, como lasañas y canelones de carne o de verduras, macarrones gratinados, ragú al horno…
Pescados de río y otros pescados de sabor intenso
La trucha, el salmón o el atún son algunos pescados perfectos para acompañar con un vino tinto Crianza. El sabor profundo de estos pescados se complementa perfectamente con la acidez moderada y los taninos redondos que suelen caracterizar a los vinos tintos Crianza. Al igual que en el caso de las carnes, las opciones de cocinado más sencillas de este tipo de pescado son las candidatas perfectas para que su sabor se vea realzado por la mayor complejidad aromática del Crianza.
Embutidos ibéricos
Jamón ibérico, lomo, chorizo… El punto de sal, el nivel de grasas, los aromas especiados, la textura y el sabor intenso de estas carnes curadas nos piden a gritos descorchar un Crianza. Pocos maridajes resultan tan claros y sencillos como este. Y a la vez, pocas experiencias gastronómicas pueden igualar esta combinación tan descaradamente clásica.
Quesos curados
Puede que resulte hasta complicado encontrar algún tipo de queso al que no le siente bien un buen Crianza. Quizá los más adecuados para disfrutar junto con este tipo de vinos sean los quesos curados, ya que su grado de envejecimiento los asemeja mucho en características a estos vinos: son quesos con un punto graso, de sabor intenso y aroma profundo. En este caso, la clave será encontrar el equilibrio perfecto entre la potencia de sabor del queso y el vino Crianza para que ninguno de los dos haga sombra al otro.
Ensaladas con carne, quesos y/o frutos secos
Si la mayoría de las carnes y los quesos maridan bien con los tintos Crianza, una buena ensalada que incorpore estos ingredientes puede ser una opción de maridaje ideal para disfrutar con este tipo de vinos. También las ensaladas con frutos secos, ya que el carácter graso de estos se ve perfectamente complementado por la tanicidad de los Crianza y por su aterciopelado paso por boca.
Como vemos, los vinos tintos Crianza nos ofrecen toda una gama de alimentos, platos y recetas distintas con los que podemos disfrutarlos al máximo. Son así este tipo de vinos una opción especialmente versátil a la hora de elaborar un menú y una apuesta segura para lograr un maridaje perfecto.
Nuestra propuesta para dar alma a estas preparaciones: Bordón Crianza. Un vino tinto Crianza de Rioja elaborado a partir de uvas de las variedades Tempranillo (80 %) y Garnacha (20 %) cultivadas en las 3 subregiones vinícolas de Rioja. Criado en barricas de roble francés y americano durante 14 meses, el Bordón Crianza despliega en la copa los tonos rojo cereza y los reflejos rubíes de los mejores Crianzas de Rioja. De aroma complejo y elegante, destacan en él las frutas rojas y los matices ahumados y de regaliz. En boca, es un vino equilibrado, claro y, sobre todo, sabroso. Con un final especiado y largo que nos invita a probar el siguiente bocado.
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