Más allá de su origen, las etiquetas de los vinos nos permiten conocer mucho mejor las características de la botella que tenemos entre manos y saber interpretarla, optar por las mejores variedades… Hoy te contamos cómo hacerlo a través de su etiqueta delantera y contraetiqueta.
Decía Salvador Dalí que “quien sabe degustar no bebe jamás el vino, sino que degusta secretos”. Y, es cierto: aprender a catar el vino es básico para apreciar la historia que hay detrás de una copa de vino. Sin embargo, hay otra forma de conocer esos secretos y esa historia que se esconde tras una botella de vino: las etiquetas de los vinos. Cada una de ellas diferente, siempre guardan puntos básicos en común y hoy queremos hablarte de ello.
¿Por qué? Porque tanto la etiqueta delantera como la trasera (en especial esta última) nos aportan datos que nos ayudarán a entender el vino y, por tanto, a saber elegir el que más nos convenga para cada ocasión.
¿Qué información deben contener las etiquetas de los vinos?
Hay productos que entran por los ojos debido a su lado estético, en especial, por su packaging, pero en el mundo del vino, las cosas son bien distintas. Los verdaderos amantes del vino o los que quieren aprender de este mundo y dejarse deleitar por sus sabores y aromas, van un paso más allá y se centran en las características del mismo.
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Por supuesto, esto no quiere decir que haya que descuidar el diseño de las etiquetas. De hecho, estas pueden ser el primer paso para conocer la definición básica de un vino. Por ejemplo, un vino descaradamente clásico como Bordón, transmite esa sensación nada más ver la botella a través de un claro mensaje que lo pone de manifiesto. Lo mismo que un vino joven o una bodega que pretender romper moldes con una de sus variedades.
El diseño es, por tanto, la primera impresión de un vino. Sin embargo, cuando se trata del contenido de etiquetas de vinos, la cosa cambia: el objetivo es informar al consumidor de lo que va a encontrarse en esa botella cuando la deguste. Y tal es la importancia de la misma y de saber interpretarla, ya que de ello dependerá que la disfrutemos al máximo, a la hora de maridarla con la comida o con el momento en el que tomemos esa copa de vino.
Así las cosas, las etiquetas de los vinos contienen la siguiente información:
- El nombre del vino: para que lo puedas diferenciar del resto de vinos y siempre lo pidas por su nombre. De hecho, hay nombres de vinos que hablan por sí solos y, prácticamente, no es necesario ni leer la etiqueta, porque sabes que apuestas a caballo ganador.
- El año de cosecha: porque los verdaderos amantes del vino saben cuándo ha sido un buen año de cosecha de ese vino.
- El nombre de la bodega: porque cada bodega tiene un sello de identidad que va más allá de su nombre y con el cual se sabe qué tipo de vinos elaboran, si tienen otros que gozan de fama o no, así como la forma de elaborar los vinos o las características que tienen en común todos ellos.
- Su denominación de origen (o el lugar de su producción): porque cuando los vinos pertenecen a una denominación concreta, los consumidores ya conocen las características básicas de un vino o el tipo de vino por el que esa tierra es famosa. Por ejemplo, la Denominación de Origen Calificada Rioja es sinónimo de vinos tintos de gran calidad, desde el vino tinto Crianza, pasando por el Reserva o Gran Reserva. Pero para poder pertenecer a una Denominación, no solo basta con producir vinos en una zona concreta, sino que también hay que cumplir con unos estándares, por lo que hay vinos que si no consiguen la Denominación de Origen, solo llevan el nombre del lugar en el que se producen.
- El número de botella correspondiente a la Denominación: y que es de obligado cumplimiento cuando perteneces a ella, ya que eso te permitirá producir un número máximo de botellas por bodega.
- El grado de alcohol: que más allá de saber cuánta precaución tenemos que tener a la hora de tomarlo, nos indica la cantidad de azúcar que tiene la uva con la que se ha elaborado. Además, cada denominación de origen también exige un mínimo y un máximo de graduación de alcohol. Cuanto más azúcar tenga una uva, mayor alcohol natural le proporcionará y eso, a su vez, le dará más color, más intensidad y más cuerpo. Tampoco podemos dejar de mencionar que según el reglamento español, para que un vino pueda considerarse como tal, debe tener un 9% de graduación alcohólica, pero no pasar de los 15, porque a partir de ahí pasaría a la categoría de vino de licor (que llega hasta el 22%).
- El tipo de uva: de manera que también puedas conocer los matices que va a tener ese vino en lo que a sabor se refiere, aunque este dato no es obligatorio.
Otros datos que también suelen aparecer, aunque no son de obligado cumplimiento:
- La nota de cata que ha obtenido: afrutado, especiado, seco, semidulce, intenso, suave, etc. Habitualmente se involucra al equipo de enología de cada bodega para la redacción de estas notas en la contraetiqueta.
- El maridaje(perfecto para saber con qué tipo de comidas combina mejor el vino de esa botella y así acertar siempre).
- El tiempo que ha pasado en barrica y el tipo de barrica (para saber si tendrá más o menos matices de la misma).
- La temperatura a la que se recomienda servirlo (de manera que no lo estropees ofreciéndolo demasiado frío o todo lo contrario).
Analizando la etiqueta del Bordón Crianza
A continuación pasamos de la teoría a la práctica y por eso queremos analizar contigo el etiquetado de una de nuestros vinos más descaradamente clásicos: el Bordón Crianza.
Como podrás comprobar en la imagen, en la etiqueta delantera del vino encuentras:
- El nombre
- La denominación de origen
- Un texto que define a la perfección el carácter de ese vino.
En la etiqueta trasera, encuentras la siguiente información:
- El tipo de uva que se ha empleado
- El tipo de vino del que se trata
- Cuánto tiempo ha estado en barrica y en qué tipo de barrica
- La Denominación de Origen
- El número de embotellado
- La cantidad de vino que contiene la botella
- La graduación de alcohol que tiene el vino
- Por quién y dónde ha sido embotellado
- El sello de calidad
- La añada
- Indica que se trata de una botella reciclable
- Y que contiene sulfitos, como medida de prevención sanitaria para el consumidor. Una información que está en el idioma de todos los países en los que se comercializa o en los idiomas que entienden los consumidores de los mismos.
Además, entrando en nuestra web podrás encontrar más detalles sobre el vino Bordón Crianza, pero solo con el etiquetado ya tendrás los datos necesarios para saber interpretar que se trata de un vino de calidad, equilibrado y que te deja un sabor de boca agradable y afrutado. Sin duda, el mejor colofón que te puede dejar una copa de vino.
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