El vino es un producto que se elabora para el disfrute, para regalarnos los sentidos y para alimentarnos el espíritu. Y como tal, disponer de un lugar perfecto donde disfrutar del vino es un valor añadido que mejora toda la experiencia, no solo en el momento del consumo, sino también durante todo el tiempo previo de elección de cada botella y de su guarda, un período en el que somos conscientes de cómo las características del vino van evolucionando con el paso del tiempo. Para esto último, el lugar ideal es la bodega, un espacio especialmente importante en el caso de los vinos de guarda —los crianza, reserva y gran reserva— ya que el ambiente que ofrece permite a estos vinos terminar de desarrollar toda su complejidad aromática, su potencial de sabor y la elegancia de sus colores. Y puede que por ello sea recurrente también para todo buen amante del vino la idea de hacer una bodega en casa. Un pequeño espacio reservado para el cuidado de nuestros vinos, donde recrear el ambiente perfecto en el que estos alcancen sus condiciones óptimas de consumo.
Si estamos planteándonos dar el paso para hacer realidad este pequeño sueño de todo aficionado al vino estamos de suerte, ya que hoy vamos a conocer los principales consejos y recomendaciones para saber cómo hacer una bodega en casa.
Los vinos que completarán tu bodega en casa:
[pswp_products ids=»2025,401,460″]Ventajas de hacer una bodega en casa
Pero antes de entrar en materia con los consejos que debemos tener en cuenta a la hora de hacer una bodega en nuestro hogar, merece la pena saber también cuáles son los beneficios de hacerlo, ya que aunque para el recién iniciado en el mundo del vino este “capricho” pueda parecer poco justificable, lo cierto es que disponer de una bodega, independientemente del tipo y tamaño de esta, va a ser fundamental para que podamos guardar y mantener correctamente nuestros vinos:
- En primer lugar, la ventaja más obvia de contar con una bodega en casa es la que acabamos de comentar: nos permite poder mantener nuestros vinos en casa de manera adecuada, lo que hará que cuando los consumamos, estos estén en su mejor forma.
- En segundo lugar, contar con una bodega en casa es la forma más conveniente y más cómoda de poder disfrutar de nuestros vinos favoritos siempre que queramos. No tendremos que ir a la tienda o hacer un pedido cada vez que queramos un vino, bastará con visitar nuestra pequeña bodega personal.
- Y en tercer lugar, montar una bodega en casa es también ventajoso en términos económicos. Sobre todo en el caso de que compremos vinos de guarda de calidad para almacenarlos durante algunos años, ya que estos vinos salen al mercado con precios más económicos y, a medida que se va acercando su momento óptimo de consumo, su precio va subiendo. Por eso, podemos considerar nuestra bodega casera como una pequeña inversión. Además, tener un lugar adecuado para el almacenamiento de las botellas de vino en casa nos abrirá la posibilidad de comprar los vinos por cajas o incluso en cantidades mayores, con lo que accederemos a precios por botella más reducidos y a otras ofertas en compras por volumen. Y en el caso de que hagamos una obra para acondicionar alguna estancia de la casa como bodega, esto podría llegar a incrementar también el valor del inmueble.
¿Cómo hacer una bodega en casa? Consejos y recomendaciones imprescindibles
Si estamos decididos a montar nuestra bodega en casa, aquí van algunos consejos y recomendaciones que debemos tener en cuenta para garantizar la buena conservación de nuestros vinos.
1. Seleccionar el lugar más adecuado de la casa para la bodega
El ambiente ideal para una bodega requiere de temperaturas frescas, cierta humedad ambiental y oscuridad. Pensemos en las antiguas bodegas de los pueblos, excavadas en la tierra bajo la casa o en las laderas de los montes: esas características son las que debemos recrear en nuestra bodega casera. Si opciones como hacer una bodega subterránea salen un poco de nuestras posibilidades, podemos seleccionar el lugar más fresco de la casa, evitando zonas de mucho exposición lumínica y buscando un cierto nivel de aislamiento del resto de espacios del hogar. Un garaje, un sótano o una despensa interior podrían ser buenos lugares de inicio para nuestra bodega. Si no contamos con una habitación específica que podamos dedicar a la bodega o tenemos otras limitaciones de espacio, siempre podemos buscar un rincón en el que instalar una cava doméstica.
2. Controlar la temperatura
La temperatura es uno de los factores cruciales para la buena conservación de los vinos. Lo ideal es que la temperatura sea fresca y constante, evitando fluctuaciones excesivas de temperatura y la presencia de electrodomésticos que emitan calor.
Una temperatura media de entre 12 °C y 15 °C reducirá el ritmo al que se producen las reacciones bioquímicas que se dan dentro de las botellas de vino. Y esto proporcionará una maduración lenta del vino y una correcta evolución de sus características organolépticas. En cualquier caso, debemos evitar siempre temperaturas superiores a los 20 °C. La instalación de un termómetro ambiental nos ayudará a saber la temperatura en nuestra bodega en todo momento.
3. Vigilar la humedad ambiental en la bodega
Junto a la temperatura, la humedad es otro de los factores decisivos a la hora de conservar nuestros vinos. Un exceso de humedad puede propiciar la aparición de hongos en los corchos, mientras que un ambiente muy seco favorece la porosidad de los tapones, que puede derivar en la aparición de grietas y filtraciones de vino o de oxígeno. Nuestra humedad ambiental ideal se situará entre un 70 % y un 80 %. Podremos vigilar la humedad con la ayuda de un higrómetro y, si fuese necesario, regularla empleando humidificadores específicos para bodegas.
4. Preservar las botellas de la luz
La influencia de la luz es otro de los principales factores externos que pueden arruinar nuestros vinos. Muchos de los componentes en los que se fundamentan las características organolépticas de los buenos vinos son compuestos proteicos fotosensibles. Estos compuestos se degradan por la incidencia directa de la luz —sobre todo de la radiación del espectro ultravioleta— y modifican negativamente el color, aroma y sabor de los vinos o derivan directamente en males como la enfermedad de la luz en el vino. Para evitarlo, debemos proveer a nuestra bodega de un entorno oscuro, sin entrada de luz natural. Para poder ver dentro de nuestra bodega, optaremos por luz artificial, evitando el uso de fluorescentes en favor de bombillas más tenues y de temperaturas de color más amarillas, con menos aporte de rayos UV. El uso de una bombilla amarilla para serigrafía con bloqueo de rayos ultravioleta puede ser una buena opción económica y fácil de implementar en nuestra bodega casera.
5. Evitar ruidos y vibraciones
Como ya sabemos además de la luz excesiva, de los cambios de temperatura o de una humedad ambiental inadecuada, las vibraciones también pueden perjudicar el buen desarrollo del vino durante su estancia en botella. Así deberemos aislar nuestra bodega de estas vibraciones, incluyendo en ellas las fuentes de ruido elevadas y constantes, como las producidas por ciertos electrodomésticos.
6. Proporcionar buena ventilación a nuestra bodega y aislarla de fuentes de olores fuertes
Por otro lado, debemos evitar también la entrada de olores fuertes dentro de la bodega, ya que los compuestos volátiles que los producen pueden filtrarse dentro de las botellas a través de los poros del corcho, modificando los aromas propios del vino. Así, evitaremos instalar nuestra bodega cerca de pinturas, disolventes, productos de limpieza y otro tipo de químicos domésticos; y también de alimentos muy aromáticos, como quesos fuertes o embutidos.
7. Colocar y clasificar correctamente nuestras botellas de vino
Por último, colocar adecuadamente nuestra colección de vinos dentro de la bodega es también fundamental para su buena evolución. Así, siempre guardaremos las botellas de vinos con crianza en posición horizontal, favoreciendo la correcta hidratación de los corchos. Por otro lado, el uso de muebles y estantes específicos para botellas nos permitirá localizarlas rápidamente en un golpe de vista y acceder a ellas de forma sencilla. Para facilitar aún más esta labor, lo ideal es hacer también nuestro libro de bodega personal, a modo de inventario donde anotar todas las referencias de vino de las que disponemos en nuestra bodega. Así, podremos registrar la fecha de entrada de cada botella, estimar su fecha ideal de consumo, añadir notas de cata para ver cómo evolucionan las características de ese vino con el paso del tiempo o clasificar nuestros vinos según su Denominación de Origen, su tipo de elaboración, su crianza, etc.
Como vemos, montar una bodega en casa no tiene por qué requerir grandes obras ni una inversión muy elevada. Basta con tener claros estos consejos que acabamos de ver y con que le echemos algo de imaginación a la hora de aprovechar y acondicionar los espacios que tengamos disponibles en nuestro hogar.
Y tú, ¿te atreves a montar una bodega en casa?
Los vinos que completarán tu bodega en casa:
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