¿Dan para mucho cien años? ¿Cuánto pueden cambiar nuestras ciudades en este tiempo? La verdad que en la historia de la evolución, que viene de millones de años atrás, hablar de un siglo puede parecer algo insignificante. Sin embargo, si echamos la vista atrás una centuria y observamos cómo era el estilo de vida, y nuestras ciudades, entonces, nos daremos cuenta de que el cambio ha sido absolutamente radical.
Transporte
Hoy podemos desplazarnos de un lugar a otro con un sinfín de opciones, patinetes eléctricos, plataformas de coches de carsharing, taxis híbridos… Nada que ver con el abanico de opciones que había un siglo atrás. Precisamente, en 1919, aterrizaba en nuestro país un nuevo medio de transporte, el metro. Con él, el tipo de vida en la capital cambió de manera absoluta gracias a la velocidad con la que uno se podía desplazar de un lado a otro. Este nuevo medio de transporte, ideado para surcar las entrañas de una ciudad, tuvo una fabulosa e inmediata acogida. Por cierto ¿sabías que las primeras estaciones de la red del metro se cubrían con azulejos blancos para dar luminosidad y que sus usuarios no se agobiasen al encontrarse bajo tierra?
A mediados de siglo el consumo de vino era de 70 litros per cápita en España, mientras que actualmente el consumo es bastante menor, 20 litros per cápita aprox.
Teléfono
Seguramente el dispositivo que más ha cambiado nuestra vida en los últimos años sea la llegada de los smartphones. Ahora gracias a ellos estamos conectados con el mundo las 24 horas, hacemos directos, videollamadas con nuestros familiares… la conexión es total y absoluta. En toda España, hace un siglo sólo había 80.000 abonados a este servicio, es decir, sólo 80.000 personas tenían acceso normal a este medio. ¿Te imaginas cómo sería tu vida hoy sin este dispositivo en el bolsillo?
Consumo del vino
Si hay un producto que no ha faltado en la mesa española a lo largo de los últimos 100 años ese ha sido el vino. En su elaboración por supuesto también ha habido considerables cambios y avances, como hacen en Bodegas Franco Españolas, bodegas centenarias con más de 125 años de historia. Aspectos que hoy se consideran esenciales en la elaboración, antiguamente no se cuidaban: se mezclaban todo tipo de uvas (blancas y tintas), no se tomaban medidas de higiene, la fermentación se alargaba hasta 3 semanas y el vino se embotellaba directamente de las barricas, por lo que todos los sedimentos que se generan en la barrica iban directamente a la botella. Además de que la calidad era mucho peor que actualmente, con los métodos actuales de elaboración el ciclo de vida del vino es mucho mayor.
No sólo ha habido cambios en la elaboración sino que también los ha habido en su consumo y comercialización. Antiguamente muchas familias tenían viñas propias y elaboraban el vino que después consumirían durante todo el año. De hecho, se bebía mucho más vino que ahora. Aunque sólo tenemos datos oficiales a partir de 1950, a mediados de siglo el consumo de vino era de 70 litros per cápita en España, mientras que actualmente el consumo es bastante menor, 20 litros per cápita aprox.
Ocio
En nuestros días, llega el fin de semana y las opciones de ocio se disparan. ¿Un monólogo en un acogedor café? ¿Un concierto multitudinario? ¿Un partido de pádel? ¿O un curso de cocina asiática? Lo cierto es que hay planes para todos los gustos. Sin embargo, en los inicios del Siglo XX hay que empezar por decir que no todo el mundo tenía acceso a las distintas actividades de ocio. Si hubiéramos sido uno de esos afortunados podríamos entonces pasar la tarde tranquilamente en un café, acudir al teatro (en aquel entonces la actividad con más prestigio de la época) o hubiéramos podido acudir a un espectáculo que empezaba a dar sus primeras patadas, nunca mejor dicho, y que poco a poco iba ganando adeptos: el fútbol.
Comida
Otra de las cosas que más ha cambiado con el paso del tiempo es la vinculada a nuestros hábitos alimenticios y a la compra de estos alimentos. Ahora, la variedad es enorme y tenemos alimentos para todos los gustos. Productos ‘light’, aptos para celiacos, comida ultracongelada, platos precocinados… la cesta de la compra de unos u otros es tan distinta como el número de personas. Eso por no hablar de las grandes superficies, de amplios pasillos por donde paseamos, carro en mano, entre gigantes estantes a rebosar de productos que tratan de llamar nuestra atención. Nada que ver con el tipo de compra que hacían nuestros antepasados, con una cesta de la compra considerablemente más humilde y poco variada (verduras, hortalizas, legumbres…) pero seguramente con un sabor bastante más natural e intenso que el que saboreamos en nuestros días. En cuanto a los mercados de entonces, un par de fotos nos servirán para ilustrar que nada tienen que ver con los actuales.
Moda
Echando la vista atrás, siempre nos sorprende lo monótono del estilismo de la gente, especialmente en la moda masculina donde, apenas había variaciones de unos a otros. Gabanes, sombreros y pantalón de traje con americana. Se podía tener más o menos recursos pero el ‘outfit’ era muy similar en la mayoría de los casos. Hoy, basta con acudir a cualquier calle comercial para encontrar decenas de marcas y de estilos diferentes. Variedad versus clasicismo. ¿Tú que prefieres?
Definitivamente, viendo todas estas fotos es obvio que en unos 100 años, los avances tecnológicos han revolucionado nuestras vidas. Ahora, la pregunta que está en el aire y que siempre nos rondará ¿Cambiamos para mejor o para peor? Eso, que lo responda cada uno.