¿Sabemos qué diferencias hay entre un vino rosado y un clarete? Estos dos tipos de vino suelen confundirse frecuentemente por su color, ya que ambos comparten una gama cromática similar. Este hecho ha facilitado que muchos aficionados al vino confundan los vinos claretes y rosados, tomándolos como términos equivalentes, por ejemplo, a la hora de pedirlos en bares y restaurantes. Además, rosados y claretes comparten alguna que otra característica más allá del color, lo que aumenta la confusión: tanto los claretes como los rosados suelen servirse fríos, alrededor de los 10 °C; son normalmente vinos jóvenes y pueden presentar matices aromáticos y gustativos comunes: son generalmente florales, afrutados, frescos y fáciles de beber.

Pero hasta aquí las semejanzas, ya que desde un punto de vista enológico, claretes y rosados tienen entre sí más diferencias que puntos en común. Por eso hoy vamos a intentar arrojar un poco de luz sobre este asunto para aprender cuáles son los principales factores que diferencian a un vino rosado y a un clarete.

 

Diferencias entre clarete y rosado

Nuestra forma de relacionarnos con el vino y de percibir sus características es a través de los sentidos: a través de la vista, del olfato, del gusto y, en menor medida, también del tacto. Pero si hay un sentido que los seres humanos tenemos especialmente desarrollado es el de la vista, que predomina enormemente sobre los demás a la hora de experimentar la realidad que nos rodea. Teniendo esto en mente, es normal que al iniciarnos en el mundo del vino confundamos vinos claretes y vinos rosados, ya que sus colores pueden llegar a ser muy parecidos ante nuestros ojos.

Pero lo cierto es que rosados y claretes son más diferentes de lo que podría parecernos a primera vista. Y estas diferencias pueden resumirse en dos factores fundamentales a la hora de definir cualquier vino: el tipo de uvas seleccionadas para su vinificación y el método de elaboración del vino.

Veamos qué tipos de uvas y qué métodos de elaboración se emplean para producir cada tipo de vino de cara a entender estas diferencias.

Diferencias rosado y clareteVino rosado

Según la legislación española que regula el sector vitivinícola, los vinos rosados deben contar al menos con un 50 % de uvas de variedades tintas, pudiéndose mezclar estas con un porcentaje inferior de uvas blancas, o incluso mantener un 100 % de uvas tintas para la elaboración.

En cuanto a los métodos de elaboración, los vinos rosados se elaboran exactamente igual que los vinos blancos. De forma resumida, se procede a despalillar los racimos tras la vendimia, estos son estrujados y se introducen en depósitos de acero donde se deja macerar el mosto con el resto de las partes de la uva durante un período breve de tiempo, para después pasar a sangrar el depósito extrayéndose el mosto. A partir de este momento, se pasa el mosto a otro depósito donde se realiza la fermentación a baja temperatura (alrededor de 15 °C), para continuar después con el resto de pasos del procesado habitual llevado a cabo en la elaboración de vinos blancos: trasiego, clarificación, filtrado, embotellado, etc.

La clave es que en la elaboración de los vinos rosados el contacto del mosto con los hollejos es mínimo, reduciéndose por lo general a entre 12 y 24 horas. Durante esta maceración, el mosto toma ciertos compuestos de los hollejos: taninos, antocianos, flavonoides, etc.; siendo estos dos últimos los principales responsables de transferir el color rojizo al mosto. Y es que debemos recordar que tanto el mosto como la pulpa de la gran mayoría de uvas tintas son de color blanco, por lo que es la piel de estas uvas la que aporta su color al vino. Y es por ello mismo que en la elaboración de los vinos blancos el contacto con los hollejos es todavía inferior, por debajo de 16 horas, o incluso totalmente inexistente, pasándose directamente a la fermentación del mosto. De la misma manera, el marcado color intenso de los vinos tintos se debe a que durante su elaboración el mosto y los hollejos permanecen juntos durante días, incluso durante la fermentación alcohólica.

Así pues, una de las principales dificultades para elaborar un buen vino rosado radicará en mantener el mosto y los hollejos en maceración durante el tiempo justo, en función de las características de color que queramos que presente finalmente el vino.

Vino clarete

En la elaboración de vinos claretes, por el contrario, se emplea una cantidad mayor de variedades de uvas blancas, mezcladas con una proporción de al menos el 25 % de uvas tintas.

En cuanto a la producción tradicional de vinos claretes en España, se sigue un proceso de elaboración más parecido al del vino tinto. En este caso se emplea una mezcla de uvas tintas y blancas dentro de las proporciones comentadas. Tras ser debidamente despalilladas, se estrujan los racimos y se introducen en los depósitos para dejarlas macerar. Durante la fermentación alcohólica, los hollejos de las uvas tintas se mantienen en contacto con el mosto de uvas blancas y tintas durante un tiempo controlado, para aportar el color característico de los vinos claretes. Pasado este tiempo, se sangran los depósitos para extraer el mosto y se continúa con la fermentación del mosto por separado a baja temperatura. En el caso de los claretes el contacto con los hollejos es más prolongado, aportándoles  cuerpo, carga tánica y equilibrio en la acidez.

Como vemos, las diferencias entre clarete y rosado son muy marcadas. A grandes rasgos, podríamos resumirlas en que un rosado es un vino elaborado con una mayoría de uvas tintas siguiendo un proceso de elaboración similar al de los vinos blancos; mientras que un clarete es un vino que se produce mayoritariamente con variedades de uvas blancas, junto con una porción menor de tintas, y siguiendo un proceso de vinificación más similar al de los vinos tintos.

cine de verano rosado

Para aprender a diferenciarlos, nada mejor que atrevernos a probar cada vez más vinos rosados y claretes para poder apreciar todas las diferencias de matices aromáticos y gustativos que pueden llegar a presentar, más allá de sus similitudes de color. Nuestra propuesta para empezar: Bordón Rosado, un elegante rosado seco elaborado a partir de un 50 % de Garnacha tinta, cultivada en viñedos de Rioja Oriental; un 40 % de Viura (variedad blanca) y un 10 % de Tempranillo, ambas procedentes de viñedos de Rioja Alta.  Un vino elaborado mediante la maceración conjunta de mosto y hollejos durante 12 horas en depósitos de acero inoxidable, a una temperatura controlada de 20 °C. El resultado es un vino rosado “piel de cebolla” con reflejos anaranjados. La frambuesa y los matices cítricos marcan su carácter aromático; mientras que en boca resulta fresco, amplio y persistente. Un vino rosado ideal para disfrutar con entrantes, entremeses, aperitivos o carnes blancas.  

Bodegas Franco-Españolas

Bodegas Franco-Españolas es una de las grandes bodegas de Rioja. Con nuestros 125 años de historia, continuamos siendo un referente a la hora de hablar sobre el mundo del vino.

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