La gastronomía española está llena de platillos que han ganado fama en todo el mundo. Si hubiera que escoger el más icónico, es probable que la paella y la tortilla de patatas se disputen el primer lugar cuando se trata de platos fuertes. Sin embargo, las tapas y aperitivos también se han construido un nombre propio y uno de los más destacados es el chorizo al vino blanco.
Esta entrada tan nuestra tiene dos ingredientes que gritan España: chorizo y vino. Es por eso por lo que hoy te contamos un poco de dónde viene y te damos una receta para que puedas prepararlos en casa y disfrutar de una comida especial o, simplemente, de una tapa de media tarde.
[pswp_products ids=»1999,1996,2013″]Chorizo al vino blanco: el origen de un sabor muy español
El chorizo al vino blanco está tan presentes en nuestro día a día que, a veces, creemos que ha existido siempre. Pero, la verdad es que, como todo, tienen su historia.
Sus orígenes se desplazan hasta la zona norte de España, en la que el frío y la humedad obligan a la gente a decantarse por alimentos con sabores intensos y un alto contenido de grasas. Allí, donde los embutidos son, si cabe, más habituales que en el resto del país, era común que quedaran chorizos sin consumir en el momento oportuno, resultando muy duros al paladar. Para no perderlos, se cocinaban en un poco de vino, lo que suavizaba la textura y equilibraba los sabores. La combinación tuvo tanto éxito que se empezó a ofrecer en los bares norteños como una entrada en los días lluviosos y, poco a poco, se extendió al resto del país.
Hoy en día no hay un solo bar en España donde no se ofrezcan chorizos al vino en la pizarra de tapas y a todos nos encanta disfrutar de ellos.
Receta de chorizo al vino blanco
Además de rico, el chorizo al vino blanco resulta muy fáciles de hacer. Sin embargo, como sucede con cualquier otra preparación, el secreto de su éxito está en la calidad de los ingredientes. Por eso, te recomendamos que uses chorizos frescos de tu carnicería de confianza y que escojas un buen vino, como el que tomarías durante una comida con amigos como nuestro Bordón Crianza, del que te hablamos más adelante. En cuanto a la fuente, si tienes una de barro, mucho mejor, pero una sartén de teflón o cerámica también funcionará. Dicho todo esto, vamos con la receta.
Ingredientes
- 350 gramos de chorizos semicurados.
- 500 mililitros de vino blanco.
- Hojas de laurel al gusto.
Como ves, se trata de una receta que necesita muy pocos ingredientes y que es muy sencilla de preparar, a continuación te contamos el paso a paso.
Elaboración paso a paso
- Separa los chorizos en piezas individuales en el caso de que vengan unidos y haz un par de pinchazos en el centro con un palillo, de manera que rompas un poco la piel, para así evitar que se revienten durante la cocción. Eso sí, cuida que no sean demasiados o, de lo contrario, la carne se puede deshacer en el momento de cortarlos.
- Lleva los chorizos a fuego medio bajo en la sartén o cacerola y deja que suelten un poco de grasa y se selle la superficie sin llegar a tostarse demasiado.
- Agrega las hojas de laurel y el vino blanco, asegurándote de que el líquido cubra muy bien cada chorizo, baja el fuego y deja que se evapore el alcohol y se reduzca el volumen a la mitad. Remueve constantemente hasta pasados unos treinta minutos.
- Retira los chorizos de la fuente con mucho cuidado y llévalos a una tabla de picar. Corta en rodajas de no más de dos centímetros de grosor y vuelve a llevarlos al fuego por unos cinco minutos más para que el vino penetre bien en la parte interna.
- Con estos pocos pasos tus chorizos estarán listos. Eso sí, mantenlos en su cacerola hasta que vayas a servir para que se conserven calientes y continúen impregnándose en sabores aún después de la cocción.
Para acompañar, el pan es la opción por excelencia, picado en rodajas y ligeramente tostado para montar el chorizo en él sin que se deshaga. También puedes optar por patatas fritas, aunque debes tener presente que esto hará la comida algo pesada y quizás no funcione tan bien como aperitivo. Por supuesto, siempre puedes comerlos solos y combinar con nada más que un vino. ¡Delicioso!
Maridaje para chorizo al vino blanco
Como es bien sabido, el chorizo es un embutido con sabores muy intensos debido a la grasa y los condimentos que se añaden durante su preparación. El vino blanco la reduce un poco, pero intensifica los matices de las especias, resultando un plato potente y que satura el paladar.
Asimismo, el maridaje ideal para el chorizo al vino blanco es, curiosamente, el vino tinto. Las notas de la bebida rojiza tienen la fuerza suficiente para limpiar las papilas entre un bocado y otro, y el efecto astringente corta la sensación grasosa para seguir disfrutando hasta el final.
Si quieres una recomendación específica, prueba con un Bordón Crianza. Está elaborado con uvas de tres suelos distintos de Rioja, que pasan por una doble fermentación y un total de dieciocho meses de reposo. El resultado es una nariz de frutos rojos con toques ahumados y de regaliz, y un sabor final con dejos de especias. Esto les dará el equilibrio perfecto a los matices picantes.
El chorizo al vino blanco es un clásico de nuestra gastronomía y cuesta encontrar quien se resista a él. Por supuesto, para degustarlos basta con acercarte a cualquier bar, pero con esta receta podrá prepararlo en casa en poco tiempo y disfrutar de él cuando quieras. Súmale vino y buena compañía y tendrás uno de esos momentos simples, pero que se quedan en la memoria.
¡Salud!
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