La añada, el año de cosecha de las uvas que se han empleado para elaborar un vino, es una de las informaciones más útiles que pueden ayudarnos a decidir sobre la compra de un vino u otro. Conociendo la añada de un vino, podemos saber cuáles fueron las condiciones climáticas a las que estuvieron sometidos los cultivos durante ese año, si la producción tuvo un rendimiento mayor o menor, si las uvas cosechadas se mostraban saludables, si maduraron correctamente, etc. La añada, en definitiva, nos da una expectativa de la calidad que podemos esperar de un vino, aunque lógicamente entre vinos de la misma añada variará la calidad de los mismos en función de las variedades de uva, la bodega, el enólogo, etc.

La añada nos ofrece ese extra de información que puede ser muy valiosa para orientarnos. Por ello, hoy queremos hacer un breve repaso por algunas de las añadas históricas de los vinos de Rioja. Momentos en el tiempo en los que el mundo del vino volvió su vista hacia esta tierra y que, con el paso de los años y con la confirmación de la calidad anticipada durante las cosechas, han ayudado a forjar el prestigio de nuestros vinos.

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¿Cómo se califica la calidad de una añada en La Rioja?

El organismo encargado de calificar la calidad de las añadas en Rioja es el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada de esta región. Como Consejo Regulador, esta institución se ocupa de supervisar que las bodegas adscritas a la Denominación de Origen Calificada Rioja cumplan con los parámetros de producción y con los procesos de elaboración del vino acordados. Pero también se encarga de velar por incrementar la calidad de los vinos y de asegurar que el buen nombre de los vinos de Rioja se mantenga.

Para determinar la calidad de una añada, el Consejo Regulador hace un seguimiento y una evaluación de las cosechas, teniendo en cuenta diferentes condiciones climáticas, como las temperaturas o el nivel de precipitaciones. También registra otra serie de factores que son importantes para determinar la calidad de las uvas cosechadas. Algunos de ellos serían el inicio del envero de las uvas, el momento de la vendimia, si las uvas se muestran saludables, la concentración de azúcar de las bayas, la proporción entre hollejo y pulpa que muestran o la presencia de taninos, antocianos, polifenoles y otros compuestos en el interior de los frutos.

Asimismo, una vez extraído el mosto y elaborados los vinos de cosecha del año, aquellos vinos jóvenes que no serán sometidos a crianza, se procede al análisis de laboratorio de las muestras recogidas en bodega y a su cata.

Con todos los datos recogidos, los expertos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cualificada Rioja “ponen nota” a la añada en cuestión. Lo hacen a partir de un sistema de clasificación que determinará la calidad de la cosecha de ese año, un dato muy a tener en cuenta a la hora de hacer un seguimiento de los vinos de guarda, que podrán disfrutarse años después cuando hayan pasado por su período de crianza. Así, se califican las diferentes añadas como “medianas, normales, buenas, muy buenas o excelentes”, según un orden creciente de calidad.

ruben_francoespañolas-20Añadas históricas de vinos de Rioja

La Denominación de Origen Calificada Rioja viene calificando los vinos de esta tierra desde el año 1925. Como es de suponer, desde entonces a esta parte, tanto los sistemas de clasificación y los controles de calidad empleados, así como los propios procesos de cultivo de la vid y de elaboración del vino, han cambiado enormemente. Por ello, la evolución de la calidad de las añadas ha ido en claro aumento con el paso de los años, algo que ha dotado a los vinos de la Denominación de Origen Calificada Rioja de una cierta “garantía de calidad” ante los amantes del vino. Desde que el Consejo Regulador adoptara el sistema de control de calidad de los vinos que se sigue utilizando en la actualidad, hace aproximadamente unos 30 años, todas las añadas han sido consideradas “buenas, muy buenas o excelentes”. Por otra parte, desde 1925, tan solo 14 añadas han sido calificadas como “excelentes”, lo que nos da una idea del nivel de exigencia en cuanto a calidad al que se somete a estos vinos. Estas añadas excepcionales serían las de 1934, 1948, 1952, 1955, 1958, 1964, 1982, 1994, 1995, 2001, 2004, 2005, 2010 y 2011. De entre ellas, las de 1964, 1994 y 2011 están consideradas mayoritariamente por los expertos como las añadas históricas más importantes de Rioja. A continuación explicamos brevemente el porqué.

La añada nos da una expectativa de la calidad que podemos esperar de un vino, aunque lógicamente entre vinos de la misma añada variará la calidad de los mismos en función de las variedades de uva, la bodega, el enólogo, etc.

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1964

La añada de 1964 fue de una calidad tan excepcional que desde entonces se toma como referencia para comparar la calidad de otras cosechas en Rioja. Por aquel entonces no existía ninguna limitación del Consejo Regulador en cuanto a la producción de uvas por hectárea como sí existe actualmente. Los viticultores de Rioja decidieron duplicar los kilos de uva que recogían habitualmente previendo que la cosecha de 1964 iba a ser de las mejores de la época. Esto produjo un exceso de oferta que se tradujo en una bajada de precios. Sin embargo, también contribuyó a que unos años después, en 1968, la Comunidad Económica Europea ampliase el cupo de producción exportable de La Rioja hacia al resto del continente. Así se pasó de un volumen de exportación de 7 millones de litros hasta los 22 millones de litros, algo que ayudó enormemente a popularizar los vinos de La Rioja más allá de nuestras fronteras.

En cuanto a la cosecha en cuestión, el año de 1964 fue bastante seco en general. Las condiciones climáticas fueron especialmente buenas y las plagas y enfermedades propias de la vid respetaron los cultivos. Los vinos elaborados durante ese año tuvieron unas condiciones excepcionales para soportar el paso del tiempo y evolucionar positivamente en botella durante años. Tanto es así, que aún es posible disfrutar de algunos vinos de Rioja de 1964 (si somos afortunados) y disfrutar de ellos plenamente. Para muchos expertos los vinos que se elaboraron en Rioja durante ese año están entre los mejores de todo el siglo pasado.

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1994

La de 1994 fue una de las últimas grandes cosechas de Rioja durante del último siglo. La climatología de ese año registro temperaturas más elevadas de lo habitual durante el invierno y el nivel de precipitaciones se mantuvo bajo. Esto propició una floración temprana de los cultivos. Durante la primavera de ese año se produjo una gran helada que supuso una merma en la producción de uva. A inicios del verano, las uvas ya estaban listas para comenzar su proceso de maduración y para finales del mes de septiembre la gran mayoría de los viñedos ya habían sido vendimiados. Las condiciones de salud de las plantas fueron óptimas, permitiendo que las bayas de se desarrollaran hasta ofrecer una alta concentración de azúcares, alcoholes, taninos y antocianos, un grado de acidez ideal y mostrando colores vivos e intensos.

Los vinos elaborados durante ese año tienen unas características perfectas para ser envejecidos: nivel de PH, color, sabor, extracto, grado alcohólico… Y con el paso de los años, el tiempo ha confirmado que la de 1994 fue una de las añadas más exitosas de Rioja, produciendo vinos de una calidad difícilmente igualable. Es por eso que a menudo los expertos equiparan la calidad de la cosecha de 1994 con la de la, ya mítica en Rioja, añada de referencia de 1964.

2011

Para muchos, la de 2011 ha sido la mejor añada histórica de los vinos de Rioja. Las temperaturas fueron moderadas durante el invierno, hubo momentos de bastante calor durante la primavera y en el verano se mostraron estables. Tanto la floración como la maduración de las vides se iniciaron de forma temprana y se mantuvieron regulares. A pesar de la sequía registrada en ciertas zonas, durante ese año los viñedos de la región gozaron de unas condiciones de salud muy buenas y las uvas pudieron desarrollarse de forma inmejorable. Las enfermedades y las plagas no afectaron los cultivos de manera significativa y la producción fue muy buena, mostrando las uvas recolectadas un estado sanitario excepcional. La concentración y grado alcohólico fueron elevados y el PH perfectamente equilibrado. Todo ello ayudó a que la fermentación se produjese en condiciones óptimas. El resultado son vinos perfectamente estructurados y de buen color, ideales para la crianza.

No sabemos si estaremos hablando de la mejor añada histórica de Rioja, como comentábamos más arriba, pero al menos podemos decir que está entre las tres mejores añadas de los últimos treinta años, si nos atenemos a los análisis elaborados por los expertos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada Rioja.

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1964, 1982, 1994, 2001, 2004, 2011… el tiempo dirá si se confirman las expectativas de calidad de las cosechas más recientes. Y los amantes del vino, aficionados o expertos, situarán a cada añada en su lugar. Lo que si podemos asegurar es que este sistema de calificación de las añadas contribuye a incentivar entre las bodegas la búsqueda de la excelencia en sus vinos. Una magnifica forma de garantizar que el nombre de Rioja es sinónimo de buen vino.

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Bodegas Franco-Españolas

Bodegas Franco-Españolas es una de las grandes bodegas de Rioja. Con nuestros 125 años de historia, continuamos siendo un referente a la hora de hablar sobre el mundo del vino.

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